CAPÍTULO III: «La Vida es Sueño»
Algo me despertó. Más bien alguien, el compañero de la litera contigua. Me preguntó si podía meterse en mi estrecha litera, y yo con las pocas luces que habían despertado, desde el submundo de la duermevela, le pregunté si no tenía suficiente sitio en la suya, con lo que sonrió y se retiró, volviendo yo a quedarme dormido.
Cuando volví a despertar, esta vez completamente, me pregunté si había sucedido realmente o había sido un sueño, y tras razonar con lógica, concluí que si hubiera pretendido ligar conmigo lo hubiera intentado en otra situación, y no tratando de meterse en mi litera en la que no caben dos personas, en una habitación compartida por 6 y por tanto carente de intimidad, por lo que se había tratado necesariamente de un sueño. Eso sí, del sueño más real que he tenido en mi vida.
Volvamos pues a la Vida Real:
La confitería Richmond es un clásico porteño. En los años 20 era el bunker de la aristocrática vanguardia literaria de Buenos Aires (Jorge Luis Borges, Oliverio Girondo y Leopoldo Marechal) que se proclamaba como portadora de una nueva sensibilidad.
Adentro de “La Richmond” todo sigue como era entonces, hasta los mozos se mueven más despacio. Afuera la gente pasa, sigue pasando, y según avanza el día, sube o baja como la marea.
Eso es lo que dice mi guía de papel, y yo que siempre he sido un enamorado del pasado y las máquinas del tiempo, tenía que comprobarlo y experimentarlo, por lo que disfruté de un café con leche con medialunas untadas con mermelada y la lectura de “La Ley de la Atracción” en “La Richmond”, donde efectivamente la atmósfera es de otras épocas, y los espíritus de Borges y otros antiguos creadores de sueños quizá continúan sus tertulias.
Con las inspiradoras revelaciones de Abraham aún recientes, trataba yo de atraer prosperidad económica y chicas de buena familia a mi experiencia vital, mientras paseaba por Florida y Lavalle (peatonales que recuerdan a las Ramblas de Barna), cuando acepté uno de los múltiples y variados papelotes que ofrecen al viandante avezados promotores (restaurantes, clubs, chicas malas…). El mozalbete insistió en que acudiera al club de chicas malas, y yo para no desairarle le prometí que lo haría otra noche. Entonces él me informó de que con una tarjeta que él me daría firmada, podría visitar el club sin pagar entrada cualquier noche del próximo mes, pero tendría que acompañarle al club para que me la firmaran. Me negué, pero cuando me lo pidió como un favor, pues él se llevaría una comisión de 2 pesitos, prometiéndome que sería cosa de un minuto, y rebosando yo buen rollo, simpatía, y ánimo de servir al prójimo, le acompañé.
Mi primera intención fue esperarle en la puerta, mas acepté la invitación para entrar al sórdido garito, dentro del cual me presentó a una de las chicas, la cual me condujo hasta uno de los reservados situado al fondo (muy al fondo) donde creía yo que me firmaría la dichosa tarjetita, por lo que mi primera intención fue la de esperar de pie, mas acepté su invitación para sentarme al lado de sus despampanantes muslos para que me explicara la dinámica del lugar: no me habían cobrado entrada por haber ido con un promotor, y tampoco me la cobrarían cuando fuera con la tarjeta firmada, y si fuera mi deseo podría disfrutar de un espectáculo erótico, lésbico…
En esas estábamos cuando llegó otro bellezón. Trataban ambas ninfas de convencerme de que me quedara a disfrutar de sus íntimos encantos, cuando una camarera nos trajo bebidas, la cual rechacé. Cuál fue mi sorpresa al enterarme de que rechazada o no, tenía que abonar el importe, pues según me explicaron diligentemente, trátase de un club que trabaja con copas y en el que por tanto la consumición es obligatoria.
Cómo no, mi primer intento fue el de explicar la diferencia entre entrar a un club por tu voluntad y pedir la copa que desees, y entrar a un club porque un promotor te ha prometido que será el minuto que tarden en firmar una tarjeta, y que te saquen una copa que no has pedido, y sobre cuyo contenido ni siquiera te han preguntado. Pero pronto me di cuenta de que estaba haciendo el canelo, pues ambas partes éramos plenamente conscientes de que aquello se trataba de una señora estafa en toda regla.
La primera idea consistió en apartar a las tres mujeres que me rodeaban y largarme, pero al encontrarme al fondo (muy al fondo) del sórdido garito de una ciudad aún desconocida, y a buen seguro guardado por gorilas subdesarrollados, me habló Doña Precaución (o Doña Cobardía, en ocasiones las confundo), y pregunté cuánto me costaría la broma.
Treinta pesos (6 €) me pareció un precio razonable para salir de la encerrona, pero cuando pagué la copa y me disponía a marchar, me informaron que también tenía que pagar las copas de las chicas (60 pesos más), por lo que indignado les dije que no llevaba semejante cantidad encima (llevaba mucho más), que sólo me quedaba el billete de 20 pesos que la jefa ya había ojeado con su linternita mientras yo extraía los 30 pesos de mi cartera. Se lo tragó y aceptó saldar la cuenta con esos 20 pesos.
Antes de marcharme debí haberles explicado con tranquilidad, mesura, y buena fe, que uno de los secretos más importantes de la vida consiste en que recibes lo que das, y que en consecuencia el universo te puede regalar afecto, amor, y un trabajo que te agrada, o puedes acabar chupándosela a viejos en un tugurio de mala muerte. Pero no es la indignación la mejor llave de la elocuencia, y menos de la imaginación, por lo que me limité a rechazar la tarjeta firmada que aún me ofrecían, y a marcharme con aire visiblemente afectado.
Hace un tiempo hubiera dedicado las próximas horas y días a pensamientos del tipo “¡Qué hijos de puta ellos”! y “¡Qué subnormal yo!”, pero el pasado, pasado es, por lo que disipé el mal rollo mientras paseaba por Corrientes, creando en mi mente esta carta que estáis leyendo, y me regalé una abundante cena en un Self Service en el que comí para los próximos 3 meses por 17 miserables pesos (aunque justo es reconocer que ha de haber en el mundo suelas mucho más apetitosas que esa carne a la parrilla)
Anoche me volví a encontrar con el diligente estafador callejero, al que le conté lo acontecido. ¡Qué disgusto se llevó! “Nooooooooo…., qué decíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiissss, ¿en serioooooo? Diculpaaameeeeeeeeeeee……
Mas se recuperó pronto del disgustazo, y en menos que canta Camilo Sesto me ofreció chicas en apartamentos privados, sexo directo y sin copas de por medio, a 300 pesos la hora, cocaína, y todas las drogas inventadas y por inventar.
Es lo que tienen. De todo menos vergüenza.
V*I*V*E Viaje Interior #Viaje Exterior ☼ Diréis que vaya mierda de #LeyDeAtracción, cuando uno intenta atraer #Prosperidad y chicas de buena familia, y acaba en la cueva de Alí Baba con unas mujerzuelas que le sacan los cuartos... GRACIAS Por CompaRTir
… Pero tenéis que comprender que las experiencias del presente son en gran medida producto de los pensamientos y creencias del pasado, y que cuando no se dedica el tiempo suficiente y con la suficiente intensidad a un deseo concreto, el resultado es el producto de una compleja amalgama de deseos, muchos conscientes, y muchos otros inconscientes.
Y cuando uno tiene un público al que alimentar con sus historias… necesita historias. Historias que vayan más allá de “que aristocrático y colonial es San Telmo, que los domingos se llena de frikis y titiriteros que lo flipas”, y “que majo es el Maxi, que me arropa para que no me enfríe”.
Pues sin ir más lejos, al día siguiente paseé, leí, y medité entre patos ZEN, para concluir con una mágica puesta de sol, en el Rosedal de los Bosques de Palermo, y ayer fue el turno de las carpas ZEN del Jardín Japonés al que me llevó la dulce y locuela Marian ZENcerro, pero seguro que esto no os interesa tanto.
Por cierto, según he podido comprobar, la estrechez de las literas no es óbice para que sean ocupadas en ocasiones por dos personas, aun a pesar de la ausencia de intimidad.
La Vida es Sueño… Y el Sueño es Vida…
CAPÍTULO XIV: «¿O Fue Todo Un Sueño?»
Gracias a que perdí un tren en Cusco, logré alcanzar mi esperada y temida meta en Infierno (Puerto Maldonado), donde el sufrimiento se transmutó en Paz…
Cusco, Puno, La Paz, Villazón, La Quiaca, Jujuy, Córdoba, Río de Oro… tres días con sus noches, y seis autobuses consecutivos, con la incertidumbre y la seguridad (curioso) de que llegaría a tiempo para cerrar un círculo…
Buenos Aires puso el Broche de ORO que se merecía este Gran Viaje por el mundo exterior y por el Interior… que en última instancia son el mismo…
CAPÍTULO XIII: «Yuspajara»
Resultó fácil dar gracias a la Vida mientras paseaba bajo Inti en Sacsayhuaman (Cusco) pero no tanto cuando me robaron la cartera… Sería una lástima que tras adquirir Conocimiento, la Vida no te ponga a prueba…
No viajé en el misterioso camión que me llevó al Inti Raimy y hasta Amaru Pumac Kuntur, en el Cusco… sino GRACIAS a él…
CAPÍTULO XII: «Mensajes Cósmicos»
Me encanta la Sabiduría del Universo… Cómo sabe que si no me aprieta las pelotas me quedo mirando la luna de Sucre (que es la misma que la de Valencia) tres meses…
Mi harapienta y grasienta mochila vuelve a estar lista para la aventura, y mariposas vuelven a revolotear en mi estómago…
CAPÍTULO XI: «La Princesa de la Torre Eiffel»
Érase una vez una bella princesa atrapada en lo alto de una torre, esperando a ser rescatada por su joven y apuesto príncipe azul…
Aunque bien puede suceder que al joven y apuesto príncipe azul se le adelante un ogro verde, o como en el cuento que nos ocupa, un maldito hippie vasco harapiento…
CAPÍTULO X: «The Game»
La Abundancia de Amor me mantenía atrapado en la zona de comodidad, por lo que con firme determinación compré un billete de Bus hacia La Quiaca, donde cruzaría la frontera para dar comienzo a la Auténtica Aventura:
La emoción en Villazón, la amistad natural en Uyuni, y la Belleza de Sucre, donde en lo alto de una Torre esperaba una princesa…
CAPÍTULO IX: «La Vuelta al Mundo en 30 Días»
No es de extrañar que mis sensaciones sean una mezcla de las de los protagonistas del Viaje al Centro de la Tierra y los de Mr Fogg…
Phileas Fogg ganó una fortuna y volvió a casa acompañado de una bella princesa… Pero esa historia la escribió Jules Verne… A mí me toca escribir la mía…
CAPÍTULO VIII: «Are You Ready to Rock?»
Había decidido sustituir mi encuentro con el maestro Sri Sri Ravi Shankar, quien durante esta semana ha estado maestreando por Buenos Aires, por un encuentro con el Maestro David Coverdale, líder de la banda de Hard Rock más elegante de todos los tiempos: WHITESNAKE.
Partí sabiendo que no llegaría a tiempo pero que tenía que ir, esperando que ocurriera no sé el qué…
CAPÍTULO VII: «La Maestra»
Ignoro lo que me enseñará la Maestra Ayahuasca, pero conozco la enseñanza de la Maestra Muela:
“Lo único necesario para ser feliz, es que no te duela nada”.
CAPÍTULO VI: «Palabras para…»
Cuando comienzas a disfrutar de lo que te ofrece el Presente, en lugar de los objetivos futuros… como Bill Murray en “Atrapado en el Tiempo” o Alicia en el País de las Maravillas… la MAGIA empieza a desplegarse y la Primera Revelación se revela…
CAPÍTULO V: «Hasta Luego»
La vida del viajero es una continua sucesión de encuentros y despedidas… Cuando te despides de personas y lugares que han tocado tu corazón, pretendes y quieres que sea un “Hasta Otra”, pero sabes que es muy probable (y en algunos casos, seguro) que no vuelvas a verles, aunque de alguna manera viajen contigo por siempre…
CAPÍTULO IV: «Leyenda Personal»
Viaje Exterior ⇒ En ocasiones, sentado en una terraza degustando una Quilmes, levanto la mirada del libro de turno, y me digo a mí mismo entre sorprendido y maravillado: “¡Estás en Buenos Aires, loco!”.
Viaje Interior ⇒ “Realmente la vida es generosa con quien vive su leyenda personal, pensó el muchacho… Cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño”. El Alquimista
CAPÍTULO II: «Piensa Bien»
Viaje Exterior
Recoleta, Puerto Madero, San Telmo… El fin de esta primera semana en el nuevo mundo ha transcurrido entre marcos coloridos…
Viaje Interior
Atraerás a tu experiencia sólo aquellos aspectos de las personas a los que prestes tu atención…
CAPÍTULO I: «The King of the Barraca»
En el barrio Barracas de Buenos Aires encontrarás el Hostel “The End Of The World”, probablemente el más económico de la ciudad… No apto para remilgados… Mas no hay mejor opción para aventurer@s…
INTRODUCCIÓN: «Caminante del Cielo»
Dice el Calendario de las 13 Lunas que un Caminante del Cielo dormido sufre el encierro, cae con facilidad en la depresión, no supera sus limitaciones…
Pero cuando Despierta… Se Libera y Libera a los demás… Rompe los barrotes, las estructuras o prejuicios… Y sale a Volar… Explora el Espacio Interno y Externo… Une el Cielo a la Tierra…
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